(de todos en general, y el de Herencia en particular).
En Herencia nadie duda del arraigo de las fiestas de Carnaval.
Cuando el frío invierno va cediendo sus rigores la Naturaleza despierta después del dormido invierno, el Carnaval viene a ser la celebración de ese estampido que en la Tierra se produce todas las primaveras.
Es cuando comienzan las maripositas a salir de su crisálida, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, y las gripes nos espantan. Viene a ser la celebración de estas fiestas populares que en los albores de los tiempos eran dedicadas a los dioses de la fecundidad.
Los hombres y mujeres precisan del Carnaval por una necesidad de evasión de la vida diaria, de sus problemas, trabajos y deberes. En el carnaval todo es diferente; se cambia la vida por unos días, se pasa del trabajo a la fiesta, de la seriedad a la diversión, de la tristeza a la alegría, todo es liberación, la máscara quita complejos y timideces ¡que se lo digan a muchos!
Se olvidan las ataduras, los perjuicios y es un alto en el camino de cada uno, con su careta actúa según le sale de sus entretelas, que a veces no son las más convenientes, cuando echan agua y te ponen como una sopa, o te dan con el plumero por todo el alma, o …
Vivimos en una comarca curiosa en la celebración de los Carnavales. Desde los siempre citados de Miguelturra o Herencia (por ser declarados de Interés Turístico Regional), al de Villarrobledo (que recientemente ha estrenado su título de Interés Nacional), o el Carnaval de El Toboso (el primero de toda España), o el de Alcazar de San Juan (el último de todos), el de Ciudad Real (famoso por su desfile del Domingo de Piñata),… y así otros pueblos que, sin tanta fama, también cardan la lana carnavalera.
Pero ahora dejad que me ponga exquisito y, por supuesto, disculpadme que venda las excelencias del Carnaval de Herencia.
Yo creo que, posiblemente, en el mundo haya cuatro o cinco carnavales verdaderamente originales. A saber: Venecia, mascarillas hieráticas, pálidas, vestidos vaporosos, movimientos lentos, disfraces elitistas, deudores de la tradición estilística, estética y escenográfica de la ciudad… Pero, es evidente, mucha más gente mirando que disfrazada.
Después, posiblemente, está Río de Janeiro, mucho desfase, chunda, chunda, sensualidad desbordada, urgencia de movimiento acelerado, popularismo, organización, turismo… sambódromo… Pero, generalmente un circuito para mirar! …
En esta ficticia lista, seguirían Cádiz, con su Carnaval de voces elitistas, Tenerife, con sus decenas de reinas espectaculares, y los carnavales con ascendencia celtica del norte de España.
Pero nadie puede dudar de que en esta lista haya que dejar un lugar privilegiado al Carnaval de Herencia. Aquí, se logra la fusión de los elementos más permanentes de muchos carnavales (como es el caso de la gastronomía y de la tradición mas secular –Perle, Deseosas, Jinetas,…- con la popularización máxima del carnaval de la imaginación desbordada.
Sin exagerar, estamos ante uno de los carnavales MÁS POPULARES del mundo. ¿Alguien sabe de algún lugar donde se disfrace más gente por habitante cuadrado? ¿Alguien sabe de algún lugar donde se sucedan durante una semana multitudinarios desfiles? Normalmente se publicita con más énfasis el desfile del martes (Ofertorio) pero todos los días centenas y centenas de personas desfilan en pasacalles, que de forma particular, serian la envidia de muchos desfiles en cualquier lugar del mundo.
Este es realmente la base del Orgullo del herenciano: Los niños que jugaban en las escuelas, los jóvenes y no tan jóvenes, los unos y los otros, ahora toman el relevo en la calle… Disfraces imaginativos, preparados con tiempo, en los últimos días, en las últimas horas, o en el último momento antes de que se eche la calle.
Esta es la esencia de nuestra fiesta. La participación popular que es la muestra más evidente de la salud y vitalidad de nuestro Carnaval.
Por Ángel Fontecha